Monday, April 28, 2008


Yo fui la más callada

de todas las que hicieron el viaje hasta tu puerto.

No me anunciaron lúbricas ceremonias sociales,

ni las sordas campanas de ancestrales reflejos;

mi ruta era la música salvaje de los pájaros

que soltaba a los aires mi bondad en revuelo.

No me cargaron buques pesados de opulencia,

ni alfombras orientales apoyaron mi cuerpo;

encima de los buques mi rostro aparecía

silbando en la redonda sencillez de los vientos.

No pesé la armonía de ambiciones triviales

que prometía tu mano colmada de destellos:

sólo pesé en el suelo de mi espíritu ágil

el trágico abandono que ocultaba tu gesto.

Tu dualidad perenne la marcó mi sed ávida.

Te parecías al mar, resonante y discreto.

Sobre ti fui pasando mis horarios perdidos.

Sobre mi tú seguiste como el sol en los pétalos.

Y caminé en la brisa de tu dolor caído

con la tristeza ingenua de saberme en lo cierto:

tu vida era un profundo batir de inquietas fuentes

en inmenso río blanco corriendo hacia el desierto.


Julia de Burgos

Friday, April 25, 2008



Te siento y te detallo
entre mis manos,
cada parte de ti.
Me gusta hacerlo así.
Es más conveniente
para mi memoria
guardarte en fragmentos
que luego los desgloso
y los uno, uno a uno,
y disfruto el proceso
hasta que te armo todo
en mi memoria
ARLENE GRISELLE

Soñé que era dos alas
buscando un cuerpo
al cual adherirse
y entré en tus sueños
en el cual soñabas
que eras un cuerpo
buscando dos alas
que te hicieran volar.
Al despertar,ambos,
sentimos la necesidad
de un abrazo.
Arlene Griselle

Eres mi cárcel,
yo misma me he condenado a ella.
Mi pecado fue mirar en tu interior
y adueñarme de aquellas cosas
que pensé me pertenecían;
las demás, ni las toqué, ni las miré

Ahora me condenan esas cosas que sustraje,
porque no me puedo deshacer de ellas.
No puedo hacer nada con ellas,
porque esas otras cosas que dejé,
las que no quise,
son un complemento de las sustraídas
y ellas juntas forman lo que eres.
Mi condena es amarte, incompleto,
solo una parte de ti poseo
y temo sustraer las que no quise
pues podrían liberarme de tu cárcel
y no quiero

Arlene Griselle

Wednesday, April 23, 2008



Me estrello en tus palabras que rebotan
en mentiras inconclusas,
intentos de convencer a la razón advertida
de un engaño provocado con palabras.
Y soy cómplice de la mentira regalada.
Y hago como que es verdad
para que brillen tus ojos.
Y así, me aferró a la idea de que durará
mientras la mentira se sostenga.
Pero también es mentira,
dos engaños confabulan en mi contra,
tu me tienes al creer que yo te creo,
yo te tengo al tu creer que te he creído.
Arlene Griselle

Sunday, April 20, 2008




Para salvar mi espíritu he recurrido al silencio.
Para poder escuchar las voces de los maestros.
Las voces de los que guían a la luz del universo,
donde la energía suprema se confunde con los versos,
donde la esencia es tan pura, donde se anidan los sueños.

Para salvar mi espíritu, quiero mirarme por dentro,
quiero limpiar los espacios que contienen tanto enredo.
Telarañas, mil acciones, tantos sentimientos muertos,
tantas cosas inconclusas y tantos viejos recuerdos.

Para salvar mi espíritu, tengo que nacer de nuevo,
Mas no en la materia física, mas bien en mi intelecto.
Tengo que vencer barreras de viejos conocimientos
y cadenas tan pesadas que me oprimen el pecho.

Para salvar mi espíritu he decidido un encuentro
con mi esencia, lo que soy, lo que he sido y lo que espero
y me mirare al alma, realizare un pacto nuevo
El de salvar mi espíritu para poder ser parte del universo.
ARLENE GRISELLE

SOR JUANA INES DE LA CRUZ


Finjamos que soy feliz,triste pensamiento, un rato;

quizá prodréis persuadirme,aunque yo sé lo contrario,

que pues sólo en la aprehensióndicen que estriban los daños,

si os imagináis dichosono seréis tan desdichado.

Sírvame el entendimientoalguna vez de descanso,

y no siempre esté el ingeniocon el provecho encontrado.

Todo el mundo es opinionesde pareceres tan varios,

que lo que el uno que es negroel otro prueba que es blanco.

A unos sirve de atractivolo que otro concibe enfado;

y lo que éste por alivio,aquél tiene por trabajo.

El que está triste, censuraal alegre de liviano;

y el que esta alegre se burlade ver al triste penando.

Los dos filósofos griegosbien esta verdad probaron:

pues lo que en el uno risa,causaba en el otro llanto.

Célebre su oposiciónha sido por siglos tantos,

sin que cuál acertó, esté hasta agora averiguado.

Antes, en sus dos banderasel mundo todo alistado,

conforme el humor le dicta,sigue cada cual el bando.

Uno dice que de risasólo es digno el mundo vario;

y otro, que sus infortuniosson sólo para llorados.

Para todo se halla pruebay razón en qué fundarlo;

y no hay razón para nada,de haber razón para tanto.

Todos son iguales jueces;y siendo iguales y varios,

no hay quien pueda decidircuál es lo más acertado.

Pues, si no hay quien lo sentencie,¿por qué pensáis,

vos, errado,que os cometió Dios a vosla decisión de los casos?O

¿por qué, contra vos mismo,severamente inhumano,

entre lo amargo y lo dulce,queréis elegir lo amargo?

Si es mío mi entendimiento,¿por qué siempre he de encontrarlo

tan torpe para el alivio,tan agudo para el daño?

El discurso es un aceroque sirve para ambos cabos:

de dar muerte, por la punta,por el pomo, de resguardo.

Si vos, sabiendo el peligroqueréis por la punta usarlo,

¿qué culpa tiene el acerodel mal uso de la mano?

No es saber, saber hacerdiscursos sutiles,

vanos;que el saber consiste sóloen elegir lo más sano.

Especular las desdichasy examinar los presagios,

sólo sirve de que el malcrezca con anticiparlo.

En los trabajos futuros,la atención, sutilizando,

más formidable que el riesgosuele fingir el amago.

Qué feliz es la ignoranciadel que, indoctamente sabio,

halla de lo que padece,en lo que ignora, sagrado!

No siempre suben segurosvuelos del ingenio osados,

que buscan trono en el fuegoy hallan sepulcro en el llanto.

También es vicio el saber,que si no se va atajando,

cuando menos se conocees más nocivo el estrago;

y si el vuelo no le abaten,en sutilezas cebado,

por cuidar de lo curiosoolvida lo necesario.

Si culta mano no impidecrecer al árbol copado,

quita la sustancia al frutola locura de los ramos.

Si andar a nave ligerano estorba lastre pesado,

sirve el vuelo de que seael precipicio más alto.

En amenidad inútil,¿qué importa al florido campo,

si no halla fruto el otoño,que ostente flores el mayo?

¿De qué sirve al ingenioel producir muchos partos,

si a la multitud se sigueel malogro de abortarlos?

Y a esta desdicha por fuerzaha de seguirse el fracaso

de quedar el que produce,si no muerto, lastimado.

El ingenio es como el fuego,que, con la materia ingrato,

tanto la consume máscuando él se ostenta más claro.

Es de su propio Señortan rebelado vasallo,

que convierte en sus ofensaslas armas de su resguardo.

Este pésimo ejercicio,este duro afán pesado,

a los ojos de los hombresdio Dios para ejercitarlos.

¿Qué loca ambición nos llevade nosotros olvidados?

Si es para vivir tan poco,¿de qué sirve saber tanto?

¡Oh, si como hay de saber,hubiera algún seminarioo

escuela donde a ignorarse enseñaran los trabajos!

¡Qué felizmente vivierael que, flojamente cauto,

burlara las amenazasdel influjo de los astros!

Aprendamos a ignorar,pensamiento,

pues hallamosque cuanto añado al discurso,

tanto le usurpo a los años.